Por Dr. Vicente Cuairán Ruidíaz
¿Qué son las muelas del juicio?
Así se les llama a los terceros molares que son las últimas muelas en erupcionar (salir y ocupar su posición en la boca). Son cuatro, dos en el hueso maxilar superior una del lado derecho y otra del lado izquierdo y dos en la mandíbula, una derecha y otra izquierda. Pertenecen a la segunda dentición de los adultos. Tradicionalmente se les ha llamado muelas del juicio porque aparecen alrededor de los 18 años cuando el paciente ya tiene «juicio».
¿Todos los pacientes tienen muelas de juicio?
Existen tres posibilidades: La primera es que por razones genéticas el tercer molar no se forme, por lo tanto, nunca erupcionará. Esto puede suceder con cualquiera de los cuatro gérmenes (así se llama a los dientes y muelas cuando están dentro del hueso antes de salir) y es la menos frecuente de las tres posibilidades. La segunda es que erupcione y participe en la masticación en forma normal. La tercera posibilidad es que queden atrapadas en el hueso maxilar o en la mandíbula en forma parcial o total provocando una serie de problemas los cuales deberán ser atendidos profesionalmente.
¿A qué se debe que las muelas del juicio se queden atrapadas en el hueso?
Existen diversas causas y se pueden dividir en factores generales y locales. Los factores generales por lo regular son hereditarios (problemas de tamaño; muelas grandes y huesos maxilares pequeños) y congénitos (malformaciones que afecten la cara y los maxilares como es el caso de los niños con labio y paladar hendido)
Desde el punto de vista local, la causa más frecuente es la falta de espacio (como son los últimos en salir, generalmente «llegan tarde a la repartición de hueso»).Otras causas locales son: mala posición de la muela, aparición de dientes supernumerarios (dientes extras), quistes y tumores vecinos al germen del tercer molar.
¿Qué problemas causa el que se queden atrapadas las muelas del juicio?
Causan una gran diversidad de problemas y complicaciones.
Problemas mecánicos. Como la fuerza de erupción de un diente dura hasta que se forma completamente la raíz, estos molares pueden empujar y desalinear a los dientes ya existentes. También pueden provocar el atrapamiento de los segundos molares que se encuentran por delante de ellos.
Problemas infecciosos. Cuando la muela del juicio se atrapa parcialmente y sólo sale una pequeña parte de ella, se forma una bolsa en la encía en la cual se retiene alimento. Al no poder remover y limpiar adecuadamente, se produce una inflamación la cual a su vez provoca la retención de más alimento hasta que se produce una infección formándose un absceso. La inflamación se extiende hasta el carrillo (cachete) y los ganglios del cuello, el paciente no puede abrir bien la boca, presenta dificultad para tragar, y un dolor muy fuerte. A esa infección se le conoce con el nombre de pericoronitis y debe ser tratada con antibióticos específicos, limpieza, retiro del alimento atrapado y drenaje del absceso, todo esto antes de la extracción de la muela.
Las muelas del juicio al tratar de salir se inclinan y se proyectan sobre el molar que está por delante causándoles caries, desmineralización y erosión o desgaste en la zona del cuello.
Problemas neuromusculares. La presión ejercida sobre los segundos molares puede provocar dolores severos y descompensación en las fuerzas de la masticación ocasionando mal funcionamiento y dolor en la articulación temporomandibular (articulación de la mandíbula con la base del cráneo). Algunos pacientes refieren cefáleas (dolores de cabeza) que pueden deberse a la presión ejercida por las muelas al tratar sin éxito de erupcionar.
Problemas quísticos y tumorales. Al quedar atrapadas las muelas, es factible que a su alrededor se formen quistes que provocan la destrucción del hueso que se encuentra alrededor de la muela. En algunas ocasiones, en el interior de estos quistes se desarrollan tumores odontogénicos (tumores de origen dentario) como el ameloblastoma, tumor sumamente agresivo que puede alcanzar considerables dimensiones.
¿Se puede prevenir estos problemas?
Todos estos problemas pueden ser prevenidos si el paciente asiste con regularidad a su dentista. A través de visitas semestrales el dentista podrá detectar fácilmente la posibilidad de atrapamiento de las muelas del juicio. En caso de que así sea, se necesitará extraerlas por medio de una operación y deberá mandarlo al cirujano maxilofacial para su tratamiento.
¿Cómo deben ser resueltos estos problemas?
La mejor forma de resolver los problemas causados por el atrapamiento de las muelas de juicio es previniéndolos. Las muelas del juicio deben ser removidas en el momento en que se detecte su atrapamiento y esto se hace mediante una extracción quirúrgica (operación).
¿Cuándo y a qué edad deben ser resueltos estos problemas?
En el momento en que se detecte la retención de las muelas de juicio. Es recomendable que la operación se realice entre los 15 y los 20 años de edad.
¿Quién es el indicado para resolver estos problemas?
Los problemas provocados por el atrapamiento de las muelas del juicio deben ser detectados por el cirujano dentista, sin embargo la intervención quirúrgica (operación para extraerlas) debe ser realizada por el cirujano maxilofacial que es el dentista especializado en resolver los problemas quirúrgicos de la boca y los maxilares. El cirujano maxilofacial está capacitado para operar en caso de ser necesario las cuatro muelas del juicio en una sola intervención de 30 a 60 minutos de duración, con un mínimo de afectos secundarios, como inflamación y dolor. Cuando no son operadas adecuadamente pueden producir complicaciones y secuelas irreparables como son secuelas tales como infecciones, sinusitis y daño al nervio dentario inferior ( nervio que da sensibilidad al labio de abajo y al mentón).
¿Qué tipo de anestesia debe de emplearse?
Existen tres formas de operar las muelas del jucio: bajo anestesia local, bajo anestesia local combinada con sedación endovenosa y bajo anestesia general.
La gran mayoría de las operaciones se pueden resolver sin ningún dolor bajo anestesia local en el consultorio dental. En caso de que el paciente sea muy nervioso y la operación le produzca una ansiedad extrema existe la posibilidad de combinar la anestesia local con una sedación a base de medicamentos aplicados por la vena, el paciente no sólo no tendrá dolor sino que no recordará nada. Este procedimiento puede efectuarse en el consultorio dental pero deberá ser realizado por un cirujano maxilofacial entrenado en este tipo de manejo. Se optará por la operación bajo anestesia general sólo en casos de dificultad extrema, cuando hay un problema asociado o cuando el paciente no quiera ninguna de las dos opciones anteriores. Este procedimiento debe realizarse por razones de seguridad, en el quirófano de un hospital y con la participación de un anestesiólogo.